Antes del viaje:
- Busca la mayor cantidad de información posible sobre el país que vas a visitar: historia, cultura, economía, naturaleza, religión, cocina…y hasta alguna expresión en el idioma local.
- Si puedes, elige operadores
turísticos, compañías aéreas y hoteles comprometidos con las comunidades
de acogida y con el medio ambiente.
Durante el viaje:
- Intenta adaptarte a los usos y costumbres locales, sin imponer tus hábitos y estilos de vida.
- Aunque hayas pagado por tus vacaciones, respeta las normas del lugar.
- Lleva ropa adecuada y no demasiado llamativa, sobre todo en los lugares de culto. No ostentes riqueza y lujo que estén en contraste con el nivel de vida local.
- Apoya las manifestaciones culturales y la artesanía local: te
llevarás a casa recuerdos “de verdad” y ayudarás a la población del
país visitado. Infórmate sobre la práctica y los límites del regateo.
- El mundo es bonito porque hay variedad: establece relaciones correctas y cordiales con las poblaciones locales, sin prejuicios.
- En el camino, deja sólo tus huellas y no otras marcas de tu paso:
no a los desperdicios y los graffiti. No te lleves “souvenirs” de los
espacios naturales y arqueológicos. No compres productos hechos con
plantas o animales en peligro de extinción (por ejemplo marfil, pieles,
conchas…).
- En los espacios naturales, y sobre todo en las áreas protegidas, intenta siempre seguir los senderos: no
molestes a las plantas ni a los animales, ni dañes los ambientes en los
que viven. Visita las áreas protegidas en grupos pequeños, y acompañado
por un guía experto, mejor si es local.
- Cierra el grifo, apaga el aire acondicionado y las luces cuando salgas del hotel. Así, ayudas a no desperdiciar agua y energía, recursos valiosísimos para todo el planeta.